Tras la visualización de la conferencia de Francesco Tonucci me surgen una serie de comentarios al respecto que me hace replantearme la posición que ocupa la escuela dentro de la sociedad, no como institución educativa sino como ese motor de avance en la que es la vida de sus alumnos y por consiguiente de los maestros.
El modelo de escuela que se ha seguido durante el siglo anterior y es el que ha perdurado hasta los nuestros es el de repetir y repetir de memoria determinados cocimientos, un proceso estandarizado y lineal en el que se les han enseñado aquellas materias o asignaturas que se les consideran útiles para la sociedad en la que vivimos pero sobre todo para que así ellos puedan avanzar como personas. Si embargo, este modelo ya no nos sirve y es cuando entran esos ideales que promueven la creación de una escuela nueva que engloben todos esos nuevos aspectos actuales.
Por eso hay que transformar la escuela de arriba a abajo, se ha de empezar desde problema más ínfimo para que una vez que esta haya sido atendido y resulto poder llegar así a la descomposición de los más grandes para poder "rehabilitar" la escuela, pues pienso que no es necesaria la creación de una escuela a partir de la destrucción de sus valores iniciales, creo que es necesaria remodelar esos aspectos que con el paso del tiempo se han arraigado de tal forma que los vemos cotidianos.
Uno de los temas que más repercusión ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en las escuelas ha sido la división entre las asignaturas de ciencias (matemáticas, física y química) y arte (música, artes pláticas o historia del arte) pero, ¿por qué nos lo dan todo al principio para después hacernos elegir?.
Pienso que el modelo tradicional peca de sus defectos y este es uno de ellos. La elección de un grupo de materias que te acompañen el resto de tu vida académica (para bien o para mal) y si a esto le añadimos que siempre se mirará desde un punto de vista distinto todo lo que rodea a cada una de estas, provoca esa división de la que no son partidarios muchos educadores, entre los que se encuentra Tonucci.
El educador y escritor inglés Ken Robinson propone retomar una concepción de la creatividad que nos devuelva la relación entre las disciplinas artísticas y científicas, puesto que ambas salen perjudicadas de la separación. Por este motivo creo que aunque elijamos asignaturas del ámbito científico o artístico debemos de saber como complementarlas entre sí para poder desarrollar esa parte creativa y analítica que ambas poseen.
De la misma forma que se ha de atender al aspecto mencionado líneas arribas ha de presentarse un modelo nuevo de profesor, es verdad que el modelo de profesor y metodología lo elige cada uno pero si el organismo educativo no es capaz de acompañar al profesor en esta figura, los que verdaderamente salen perjudicados son los propios alumnos. Los profesores han sido presionados para que solo se centrasen en las asignaturas más relevantes dejando de lado las aptitudes emocionales de los niños aparte, lo que provoca en ellos un estado de frustración por la necesidad de obtener buenos resultados. Aventurándome a añadir en este aspecto a los propios profesores. Pienso que esta fijación por los resultados es uno de los principales motivos del fracaso escolar ya que ante la presión de las buenas notas los jóvenes no disfrutan del camino que están recorriendo y pienso que este camino ha de estar unido estrechamente la mano del profesor.
El profesor ha de atender tanto a las labores académicas que les corresponde, como profesional así como a aquellos aspectos que corresponden a los valores emocionales y psicológicos del menor, como persona.
Todos estos aspectos corresponden a una serie de valores tanto a nivel académico como personal que han de ser corregidos para que la escuela deje de ser vista como un lugar al que se va a aprender y ser vista como un sitio el cual es la fuente de incitar en los alumnos ese afán de aprender por sí mismos.
Muchas gracias por su lectura.